lunes, 17 de noviembre de 2008

Identidad e imagen

A diario nos topamos con estos conceptos. Sabemos que son diferentes, pero ¿qué los diferencia realmente?


La identidad es lo que realmente somos, es nuestra propia esencia, mientras que la imagen es el resultado de lo que los demás perciben de nosotros. De este modo la imagen repercute en la identidad y viceversa.


El concepto que se crea hacia los demás o bien, hacia uno mismo, es crucial para las relaciones humanas. Intentamos "dar buena imagen" o "causar buena impresión". Las apariencias en este aspecto son determinantes y vale la pena recordar que sólo hay una primera vez en este tema. En demasiadas ocasiones no podemos rehacernos tras una mala primera percepción ajena. Mucha gente no se va a detener a conversar con nosotros si considera que no nos ajustamos a lo que esperan. De hecho, también nosotros lo hacemos. Si, por ejemplo, vemos a alguien cuyo aspecto no encaja demasiado con nuestras expectativas, no nos interesaremos por él. Es selectivo, es sencillo. Lamentablemente no debería ser así, en ocasiones, por hacer caso a esa primera impresión, a ese prejuicio, nos perdemos grandes cosas y magnificas personas que podrían aportar experiencias enriquecedoras a nuestra existencia. Del mismo modo podría producirse el efecto inverso. Nos interesamos por alguien cuyo aspecto nos atrae y en seguida nos damos cuenta de que no nos aporta lo más mínimo. Nos hace perder el tiempo.


Volviendo a los conceptos base, podríamos decir que no sólo somos lo que nuestra esencia, sino también todo aquello que los demás piensan de nosotros.
Sería sencillo decir que no prestamos atención a este aspecto externo, a nuestra imagen, que nos da igual lo que el mundo piense de nosotros, pero aún así estamos decidiendo transmitir a los demás ese perfil y por tanto, pasará a formar parte de nuestra forma de ser, de nuestra esencia.








"La Azotea Experimental Identidad e Imagen (I)"

No hay comentarios: